Para gustos, los colores


Para gustos, los colores
Ha llegado la hora de diseñar nuestra imagen de marca. Todo está por hacer y no se sabe muy bien por dónde empezar. Normalmente esta tarea la dejamos en manos de un profesional del diseño, pero no es en esa persona en la que recae toda la responsabilidad ni quien debe tomar decisiones importantes, que nos corresponden a nosotros. Además, para ejecutar bien el trabajo de diseño de imagen, lo primero que tiene que saber la persona a la que confiemos esta tarea es qué queremos y qué no queremos. En la imagen corporativa inciden muchos parámetros que tendrán que verse reflejados de una u otra forma en el resultado final. Entre ellos ocupan un lugar relevante quiénes somos, a qué nos dedicamos, qué pretendemos, quién es nuestro público objetivo, dónde estamos o cuáles son nuestros gustos y preferencias. Aunque nos dejemos asesorar por expertos, la última palabra es la nuestra. Lo más visible en una imagen es la forma y el color. ¿Qué nos puede ayudar a definirnos? Para empezar, una de las primeras cosas a tener muy en cuenta son las asociaciones de la carta de colores en términos de diseño y conceptualidad. Un buen manejo de los colores puede resultar muy beneficioso para nuestra marca y, al contrario, la selección de las tonalidades poco adecuadas hará que pasemos desapercibidos o, peor aún, que no nos veamos representados por esa imagen.

Criterios para decidir la paleta de colores

Los colores transmiten emociones o sensaciones y emulan recuerdos. Son además un elemento singular que nos diferencia de otras marcas. Incluso se asocian a modas, momentos o grupos. Aunque hay tantas personas como percepciones y asociaciones de los colores con ideas, sí existen algunos criterios generalizados a tener en cuenta antes de decidirnos por una gama cromática acorde con el tipo de negocio y con nuestra filosofía y aspiraciones y preparada para desarrollar nuestra imagen en caso de ampliación de negocio o lanzamiento de nuevos subproductos o servicios. Estas son ideas generalmente asociadas con algunos de los principales colores empleados para la creación de imágenes corporativas: Rojo. Es el color del atrevimiento: explícito, extrovertido, vital, positivo, impulsivo. Da una imagen de seguridad, intensidad, emoción, pasión o rebeldía. Naranja. Se asocia con vitalidad, creatividad, sociabilidad, vitalidad, alegría o amistad. Evoca motivación, extravagancia, entusiasmo o competencia. Azul. Es uno de los colores más presentes en las marcas. Se relaciona con madurez, obediencia, orden o tranquilidad. Entre los valores a los que se asocia están confianza, calma, transparencia o autoridad. Verde. El verde recuerda a dinero, buena suerte, naturaleza o aventura. Está asociado a optimismo, eficiencia, generosidad, salud y frescura. Amarillo. Este color brillante y muy llamativo que tan de moda está este año está asociado con el optimismo, la energía y la innovación creativa. Morado. Se relaciona generalmente con conceptos como el lujo, la elegancia y el romanticismo. En determinados tonos se asocia al movimiento feminista que lo ha empleado como bandera identificativa. Rosa. Está muy vinculado a la mujer, pero también tiene otros significados como ternura o delicadeza. Negro. Se asocia a calidad y sofisticación. Blanco. Simplicidad, claridad y pureza son algunas de las acepciones que se relacionan con este color básico.

La importancia de combinar bien los colores

Los colores ganan valor cuando aparecen combinados con otros. La gran mayoría de las marcas emplean al menos dos en su imagen. Por orden de preferencia están azul, rojo, gris y amarillo. Pero hay grandes diferencias según la tonalidad que se emplee en cada caso. No es lo mismo azul cielo que azul marino, ni rosa chicle que rosa palo. Los tonos más intensos proporcionan personalidad y mayor impacto, pero hay que saber emplearlos en combinación con otros menos predominantes.

¿Hemos elegido bien?

En la pantalla de un ordenador en alta resolución todo se ve con una intensidad y detalle muy diferente a cómo será la imagen final en un vinilo, en un envoltorio de plástico o en una pegatina. Es de vital importancia realizar pruebas de color antes de tomar la decisión final para ver cómo han quedado realmente los tonos seleccionados en diferentes formatos, materiales y tamaños. En las pruebas previas se podrán combinar diferentes intensidades para comprobar cuál de ellas es la que más se acerca a nuestras preferencias en cuestión de imagen.


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